Ayer tenía que haber sido sometido a una intervención quirúrgica en la nariz, para poner remedio a la sinusitis crónica que vengo padeciendo desde hace varios años, que se ha agravado en el año que corre.
Cuál fue mi sorpresa cuando me encontraba en el Hospital Norte Madrid Sanchinarro, para ser más exactos en la recepción, a la espera de ser atendido por la responsable de admisión para ingresos hospitalarios, se persona la responsable de recursos humanos Dña. Ana Estévez, para comunicar a mi acompañante que debe de abandonar las instalaciones, dado que es un centro privado y se reservan el derecho de admisión.
A qué se debe esto: mi actual pareja sentimental, es ex empleada del Hospital, aparte es madre soltera y tiene un hijo de 5 años de edad, habiendo sido despedida el 17 de mayo, reconociendo por parte del hospital la improcedencia del mismo. Y cuál fue el “delito” que cometió, pues acudir a los tribunales para que se le reconociera su derecho a poder desempeñar su jornada laboral en el turno de mañana, como venía haciendo de manera continuada desde más de 9 meses hasta septiembre de 2010.
Dicho juicio tuvo lugar el 3 de mayo del presente año, en el a instancias de su señoría las partes conciliaron en que la empresa reconocía que la carta en que se le notificaba el cambio de turno, y que además de esta circunstancia alegaba el bajo rendimiento de mi pareja en el puesto que desempeñaba en la recepción del mismo durante casi tres años, algo incierto, no constituía sanción alguna, teniendo que desistir la parte demandante, dejando la puerta abierta a reclamar dicho derecho en base al Plan de Igualdad del centro.
El siguiente párrafo viene recogido en la Intranet del centro:
“En nuestro continuo afán de seguir mejorando, no sólo hacia afuera sino también hacia adentro, diseñamos un Plan de Igualdad en el que plasmamos la preocupación por nuestra gente, en el que queda patente el interés por su bienestar y por la conciliación de la vida personal y laboral de nuestros trabajadores, facilitando y prometiendo medidas de conciliación, muestra evidente del más firme compromiso de la empresa con su capital humano.”
Entre estas medidas supuestamente se da prioridad de elección de turno de jornada laboral a aquellos trabajadores con hijos a cargo. Sin embargo a mi pareja le pasaron de turno de mañana a turno de tarde alegando cuestiones reorganizativas, haciendo imposible atender a su hijo ya que después del cambio llegaba a su casa todos los días a las 11 de la noche. También hay que subrayar que el momento del cambio era la más antigua en el turno de recepción y que fue sustituida por una compañera de reciente incorporación al centro.
Dicho apartado viendo la forma de actuar del centro suena a simple papel mojado que queda muy bien para colgar en el portal web de dicho centro y salir en los periódicos difundiendo el maravilloso plan creado.
Volviendo a mi caso en particular, tras comunicarnos la responsable de recursos humanos su parecer, intentamos razonar con ella y explicarle que tenía derecho a estar el centro porque era mi acompañante y debía someterme a una intervención quirúrgica con anestesia general, que conlleva hospitalización de como mínimo una noche, ante lo cual se marchó no sin antes volver a repetir que abandonara el centro.
Dado que no me llamaba la responsable de admisión le consulté el motivo de la tardanza en realizar mi ingreso en el centro comunicándome que la dirección del centro estaba barajando la opción de no operarme si permanecía mi acompañante conmigo.
Dicho extremo me fue comunicado minutos después por la responsable de atención al paciente, manifestando que no se me iba a operar en el centro. Al pedirle que dicha decisión se me comunicara por escrito me dijo que lo debía consultar con dirección.
Tras otros tantos minutos de espera, la responsable de atención al paciente, me comunicó que se dirigía al centro la Dr. Múgica, Directora Médica del Centro, para hablar conmigo.
Tras llegar la Dra. Múgica y entrevistarme con ésta en una sala de reuniones me comunico que no se iba a operar en el centro si mi acompañante permanecía allí durante mi hospitalización en el centro. En vano intenté razonar con ella, ya que en estos momentos no había nadie en Madrid para poder ayudarme con mis cuidados postoperatorios mientras permaneciera en el centro y que en la hora que llevábamos en el centro no habíamos protagonizado ningún incidente ni alteración del orden que justificase la expulsión del centro. Dado que no atendía a razonas le solicite dicha decisión por escrito, así como unas hojas de reclamaciones a lo que se negó.
Ya de vuelta a la recepción donde mi pareja esperaba tranquilamente y repito sin protagonizar ningún incidente, procedí a realizar llamada telefónica a la Policía Nacional comunicando lo sucedido y solicitando en la medida de lo posible la asistencia de una patrulla de servicio.
En unos 15 minutos se personó una patrulla de servicio del Cuerpo Nacional de Policía, que tras tomar las filiaciones de los implicados y requerir que se me facilitaran las hojas de reclamaciones, procedí a abandonar el Hospital, vuelvo a repetir sin protagonizar ningún incidente que justificara la forma de actuar de la dirección del Hospital Madrid Norte Sanchinarro.
He de dar las gracias a la patrulla de policía que se personó en el centro por su gran profesionalidad y buen trato.
Y después de todo esto imaginaos como me siento después de pasar el mal trago que a mi pareja y a mí nos hicieron pasar, siendo humillados y vejados, siendo el centro de atención de decenas personas, empleados y trabajadores, que se percataron de la situación, por no decir la mala noche que he pasado sin dormir, dándole vueltas a la cabeza buscando algo que me haga comprender la estúpida decisión de jugar con mi salud sin justificación alguna. Cruzo los dedos para no volver a padecer la sinusitis crónica que me provoca grandes dolores de cabeza, y muchos problemas para respirar por congestión nasal, la cual creí que ayer por fin iba a tener fin.
Una vez más me siento como David contra Goliad, sin saber exactamente que piedra he de cargar en mi honda para derribar al gigante.
Por desgracia esto no es un spam, ni hay gato encerrado. Yo tuve un juicio con la misma empresa por "acoso Laboral" en un futuro haré publicaciones sobre lo que por allí ocurre. Son gente muy rica y poderosa. La lucha contra ellos es David contra Goliat, y por desgracia el pez grande se come al chico. Daré nombres, porque no me esconde tras un link. Denuncie en los juzgados y ahora lo haré en la calle. Porque no he sufrido amenazas, calumnias, injurias,.. pero no soy cobarde. No cesaré en la lucha, la gente de bien debe hacerse oir en algún sitio. Gracias por leernos y gracias por creer sin ver.
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